-Maestro, ¿cómo es vivir con un corazón sereno?
El maestro no contestó enseguida. Le gustaba meditar las respuestas y hablar con el corazón. Quien le escuchaba sentía que sus palabras eran su experiencia y comprendía que en ellas estaba su vida reflejada.
Por fin, habló:
-Lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace han de convivir en armonía.
PD: historia inventada después de sacar dos palabras de mi frasco de palabras: sereno y corazón. :-)
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